La vida de Frida Kahlo se lee a través de sus obras, pero también a través de sus relaciones, sus amigos y sus amores. Por ello, dos vetas indispensables para explorar en su vida y la manera en la cual se construyó son la fotografía y las cartas que escribió. Durante toda su vida existió una tradición fotográfica derivada del oficio de su abuelo materno y años después de su padre, Guillermo Kahlo. Además de su padre, Frida fue retratada por amigos como Lola Álvarez, Nikolas Muray y Tina Modotti.

Julien Levy, Florence Arquin, Lucienne Bloch, Edward Weston, Martin Munkácsi, Fritz Henle, Leo Matiz e Isamu Noguchi, también registraron momentos íntimos, de dolor, de enfermedad y de la vida cotidiana de una mujer divertida e intensa.

Frida era asidua a enviar correspondencia a su familia y amigos. Gracias a ello, existen un gran número de cartas que cuenta de viva voz de Frida, sus preocupaciones, su desarrollo artístico, sus amores y su pensamiento. De este modo, Frida se convierte en cronista de su propia vida; su lenguaje y espontaneidad desmitifican a la artista y descubren a la mujer.

Esta colección de fotografías y cartas permite identificar la historia que casi nunca se cuenta o conoce, detrás de la inspiración y por consecuencia del trabajo artístico de Frida Kahlo.